¿Y si la mosca ya no muere a cañonazos? Los antibióticos

Un día cualquiera de Enero

…La fiebre y los dolores musculares son por una gripe. Al ser causada por un virus no requiere tratamiento antibiótico.

¿Y usted no cree que con el antibiótico mejoraría antes y se me quitaría la fiebre?

El antibiótico no actúa sobre la fiebre sino sobre el germen que la produce. Sólo si es un  proceso bacteriano, en los víricos no tiene efecto.

Yo me quedaría más tranquilo si me pusiera usted antibiótico

Los antibióticos hemos de reservarlos para cuando se necesitan y este no es el caso

¿Y no me harán falta unas vitaminas para recuperarme antes? No estoy comiendo nada y debo estar bajo de defensas.

Tampoco son necesarias las vitaminas. Es usted una persona sana. Ahora durante el proceso infeccioso agudo estará más inapetente pero se recuperará en una semana más o menos.

Vi salir al paciente de la consulta con semblante de estar poco convencido tras la conversación. Si le hubiese prescrito alguna vitamina como efecto placebo seguiría manteniendo la confianza en su médico.

Esta es una conversación que a diario mantenemos los médicos con nuestros pacientes especialmente durante los meses de epidemia gripal. En la mayoría de las ocasiones dedicamos más tiempo a la educación sanitaria, muy necesaria en la población, que al proceso diagnóstico y terapéutico. Algunos médicos piensan que de la información y la formación de los pacientes no deberían ocuparse ellos. Están principalmente para diagnosticar y tratar. Una actitud que ha demostrado disminuir la adherencia a los tratamientos en patologías crónicas como la diabetes  y que facilitan con su pasividad la sobreprescripción de tratamientos antibióticos innecesarios.

Muy preocupante es la sobreutilización de estos fármacos. Son muchos los organismos internacionales que hacen llamamientos periódicos al control de su uso. La OMS manifiesta su preocupación calificando este tema como una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. También el Ministerio de Sanidad de nuestro país y de otros muchos de la OCDE realiza campañas intentando concienciar a los profesionales y a la población para el buen uso de los antimicrobianos.

La naturaleza es sabia

El problema más importante del abuso de antibióticos es el desarrollo de bacterias resistentes a los mismos. Esta capacidad de protegerse de los antimicrobianos en muchos casos está mediada por genes que las bacterias poseen de forma natural. De hecho gérmenes que han permanecido aislados del contacto humano han desarrollado resistencias a múltiples antimicrobianos. Está descrito de forma muy interesante en un trabajo donde estudiaron zonas que han permanecido aisladas desde hace 4 millones de años en la cueva de Lechuguilla (México). Encontraron gérmenes resistentes hasta a 14 antibióticos, alguno de ellos de última generación. También se han hallado microorganismos con resistencia natural a estos fármacos en las profundidades del océano .

Cueva La Lechuguilla. Photo by Dave Bunnell / Under Earth Images

Se puede deducir que hay una tendencia natural de las bacterias a protegerse pero también es lógico pensar que cuando la presión antibiótica aumenta los gérmenes aceleran su proceso de escape. No se trata de una hipótesis. Estos fármacos actúan como una fuerza selectiva en la evolución y propagación de bacterias resistentes. Lo demuestra un estudio muy interesante donde analizaron muestras de suelo que tienen almacenadas desde el año 1940 hasta 2008 en los Países Bajos. Identificaron más bacterias resistentes a medida que se han ido desarrollando moléculas nuevas. Estos microorganismos han incrementado su número más de 15 veces en nuestra época respecto a los años 70.

Quizás no sea para tanto

Esto no pasaría de ser un problema económico si no fuera porque el incremento en el número de bacterias resistentes nos está colocando a los médicos en una difícil situación ante determinadas infecciones. La eclosión de superbacterias (gérmenes resistentes a múltiples antibióticos) hace difícil el tratamiento de neumonías, celulitis o infecciones urinarias que hasta ahora se curaban con antibióticos habituales. Estos gérmenes no sólo encarecen económicamente el proceso patológico sino que aumenta el número de estancias en el hospital y lo que es más importante la mortalidad. Algunas bacterias resistentes multiplican por 4 el riesgo de muerte. Se estima que en España unas 1830 personas mueren al año debido a infecciones por ocho bacterias resistentes. En 2050, la estimación de fallecimientos se eleva a 77.700 personas.

Conociendo como hemos llegado a esta situación podremos encontrar parte de las soluciones. Es indudable la responsabilidad del sector de la agricultura y la ganadería en este tema. En el año 2008 en USA más de 3 millones de kilos de antibióticos se emplearon en humanos. La partida destinada a la ganadería fue de 13 millones de kilogramos. Es evidente que en semejantes cantidades hay un elevado porcentaje de tratamientos evitables. Los médicos somos responsables de muchos tratamientos innecesarios. Está publicado que entre el 30-60% de las prescripciones de antibióticos en las UCIs son prescindibles y también un tercio de los antibacterianos que toman los pacientes hospitalizados podrían evitarse. Un porcentaje similar, es decir uno de cada tres, tratamientos antibacterianos ambulatorios son prescritos sin indicación. Todo esto ha llevado a España a ser el país de la Comunidad Europea que más antibióticos consume por 1000 habitantes solo por detrás de Chipre. Un subcampeonato para no estar orgullosos.

Mi granito de arena. Mejorando el buen uso de antibióticos

A pesar de las campañas de alerta y las medidas que toman los gobiernos el tema es de tal magnitud que quizás deberíamos tomar algunas decisiones más. Además de la educación sanitaria a la población y una formación adecuada al personal sanitario algunas medidas a plantear, podrían ser:

  • Incidir con mayor intensidad en la obligatoriedad de la receta médica para la dispensación de antibióticos. Según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) del año 2018 los antibióticos son los fármacos que más se compran sin receta (36%).
  • Regular el número de antibióticos disponibles en farmacia, garantizando una cobertura microbiológica adecuada.
  • Seguimiento del programa de lavado de manos del personal sanitario.
  • Lavado de batas y pijamas del personal asistencial en los centros hospitalarios, intentando no sacar del mismo material y o instrumental.
  • Control de la prescripción de antibióticos en centros de salud y consultas ambulatorias. Revertir información a los profesionales estableciendo comparaciones con centros similares.
  • Implantación de programas de optimización del uso de antimicrobianos (PROA) en hospitales que no dispongan del mismo, contando con al menos un responsable por centro. Los de pequeño tamaño o centros privados podrían realizar uno común agrupando a varios en su zona geográfica.
  • Registros electrónicos hospitalarios y en centro de salud que sirvan de ayuda con sistemas de aviso enlazando el tratamiento antibiótico con los cultivos de las muestras biológicas.

Estas normas y otras más ayudarán a contener una situación que va camino de ser alarmante. Pero no olvidemos que luchamos contra organismo que llevan sobre la tierra desde hace 3.500 millones de años y que gozan de una gran plasticidad y capacidad de adaptación.