Conversación en sala de espera de una consulta cualquiera en nuestro país
- Paula: Hay que ver el trabajo que cuesta conseguir cita para una consulta médica. La espera es impresionante. Ya hasta en la privada es difícil que te vean.
- Ignacio: Es que hay déficit de sanitarios en España y claro así nos va. Y encima muchos de los jóvenes que quieren estudiar medicina no pueden. La Universidad limita mucho la entrada de alumnos. ¡¡Cuántos médicos de vocación estamos perdiendo que acaban estudiando otras cosas¡¡
- Paula: No se entiende. Con la falta que hacen médicos y aquí tenemos pocos y además se nos van.
La mayor parte de la población española tiene la percepción de un déficit importante en el número de médicos. Es posible que muchos hayan participado en una conversación parecida en cualquier reunión profesional o en el ámbito de sus amigos.
Pero como se recoge en los créditos iniciales de algunas películas. A veces cualquier parecido de los datos con la realidad es mera coincidencia.
Según el último informe de la OCDE del año 2021 si el promedio de médicos en este grupo de países es de 3,6 galenos por cada 1000 habitantes en España este asciende a 4,4. Compartimos con Alemania y Suiza la quinta mejor posición en el ranking de facultativos. Los datos no parecen dar la razón a la opinión generalizada de la población. Sin embargo, sí es llamativo el déficit en el personal de enfermería. Mientras la media de profesionales de enfermería por cada 1000 habitantes en los países de la OCDE es de 8,8, en España desciende a 5,9/1000 habitantes. Nos situamos en un “magnífico” vigésimo cuarto puesto en el ranking, de un total de 38.
Quizás hemos polarizado demasiado el debate en los médicos, lateralizando el importante desempeño de la enfermería en el sistema sanitario y esto ha generado cierta confusión en la opinión pública. Este tema ya lo abordó Ignacio Riesgo allá por el año 2018 en su libro Que está pasando con tu sanidad. Lectura ineludible a mi entender si queremos conocer la realidad del entorno sanitario español.
Distribución de profesional
Pero si los números no avalan la tesis de la opinión pública ¿por qué seguimos padeciendo la falta de facultativos para la asistencia clínica y para contratación en centros sanitarios?
Según el último informe sobre la oferta y necesidades de especialistas médicos del Ministerio de Sanidad todas las especialidades en el momento actual se pueden encuadrar en cinco categorías. Estas oscilan desde el déficit moderado hasta el superávit moderado. Aunque nos parezca mentira hay especialidades con exceso de profesionales. El problema es que estamos en un mercado muy segmentado territorialmente con diferencias de demanda incluso entre provincias limítrofes. Entre otras cosas hay especialidades que son más atrayentes para los que finalizan el MIR. Además hay enclaves geográficos con más tracción que otros donde vivir los próximos 4-5 años de especialidad.
Productividad
Es fácil que un gestor externo al sistema sanitario, -y lo que es peor incluso algunos del entorno-, al ver estos datos , se cieguen con la única idea de la falta de productividad de los sanitarios. Es evidente que habrá muchas unidades y centros en las que optimizar la producción y así debe de ser. Pero, muchas de estas reflexiones denotan falta de conocimiento sobre la entrega del personal asistencial, del funcionamiento a veces obstruccionista del sistema e incluso del término productividad en la asistencia sanitaria (recomiendo este artículo para los interesados).
En demasiadas ocasiones pensamos que para producir más hay que hacer más. En medicina no siempre es así o incluso me atrevería a decir que casi nunca es así. Actualmente movimientos como Less is more o Too much medicine están demostrando que a veces lo mejor es dejar de hacer algunas cosas. Aunque no siempre es fácil de aplicar en este magnífico post de Nacho Vallejo encontramos algunas claves para ponerlo en práctica.
Los sanitarios desarrollamos un trabajo en el que lógicamente se producen y cometemos errores. Estos, como se publicó en el magnífico informe To error is human en el año 2000, pueden ser devastadores. Está demostrado en múltiples trabajos (dejo un metanálisis de referencia) que cuando se malinterpreta la producción con largas jornadas se producen más errores aumentando la mortalidad de los pacientes.
No parece que la producción vaya siempre unida con más horas o con hacer más cosas. En sanidad más producción debe ser sinónimo de hacer las cosas de una forma diferente.
De cualquier manera, sea por la dispersión geográfica de los profesionales. Por las preferencias a la hora de elegir la especialidad. O por mejoras en la producción, el sistema sanitario no parece estar dando soluciones asistenciales. Al menos no están siendo percibidas por la población.
A esto habría que añadirle las previsiones de jubilación de profesionales sanitarios en los próximos años que puede hacer empeorar la situación aún más. Pero no parece que haya mucho movimiento a corto o medio plazo.
Parece razonable plantear cambios en el sistema de formación que nos garantice a largo plazo el repuesto de personal sanitario. No debemos olvidar que la formación de un médico, dependiendo de la especialidad que decida, estará en torno a 10-11 años en el mejor de los casos.
Pero quizás más acuciantes sean los cambios a corto para que esta “crisis” no se enquiste. Sería posible implantar algunas medidas laborales y administrativas para mejorar a corto y medio plazo la redistribución de profesionales. Pero, entiendo que nuestros gestores estarán trabajando en ellas. Probablemente merecería la pena plasmarlas en otro post en aras de no ser demasiado extenso.
Tecnología
Lo que me llama la atención es que no estemos aprovechando al máximo el potencial de la tecnología para suplir el déficit de profesionales. A estos no se les espera en un periodo corto de tiempo.
Es posible que la mayoría de la población desconozca (también nuestros gestores) que por cada hora que un médico invierte atendiendo pacientes emplea dos horas más en tareas administrativas (publicado en Annals of internal medicine). En román paladino significa que los médicos consumen 2/3 de su tiempo en trámites administrativos y solo 1/3 en ver enfermos. Es como si Ronaldo en dos de cada tres entrenamientos se dedicara a cortar el césped del terreno de juego.
Quizás también se desconozca que hasta 1/3 del tiempo de trabajo del personal de enfermería es tiempo perdido evitable (Publicado en 2019). Y es probable que nadie haya reparado que existe una clara relación entre la carga administrativa y la satisfacción de los profesionales. Además, la complacencia de estos va asociada con mayor grado de satisfacción de los pacientes.
Muchas de estas tareas consumen tiempo insatisfactorio para el profesional y por ende para el paciente. Estas deberían realizarse con herramientas tecnológicas.
Un claro ejemplo son los asistentes virtuales para elaborar informes radiológicos. Los radiólogos dictan sus informes y la máquina los transcribe. Esto les permite dedicar su tiempo en lo que realmente aportan valor, la lectura radiológica.
Son muchas las opciones “mecanizables”. Algunos ejemplos
- Transcripción de historias clínicas por sistemas de escucha mientras el médico habla con el paciente, evitando el tiempo de ordenador (recomiendo episodio 15 del podcast Podium o ambulancia de mis amigos Carlos Mascías y Julián Isla)
- Herramientas de triaje virtual (varias disponibles en el mercado)
- Desarrollo de chatbots que respondan preguntas comunes (como ejemplo recomiendo probar GTP-3)
- Plataformas en que las realizar tareas “pseudomédicas” como por ejemplo renovación de bajas laborales
- Herramientas de ayuda en la toma de decisiones clínicas (varias disponibles en el mercado)
Como he comentado previamente no parece que el incremento de productividad en sanidad siempre deba ser a expensas de hacer más. Es mejor hacer de forma diferente.
Creo que más que nunca cobra valor la afirmación del Dr. Slack (Rector de la Universidad de Harvard) cuando afirmó: “cualquier médico que pueda ser reemplazado por una máquina debería ser reemplazado por esta”. Ello nos permitiría abandonar muchas actividades carentes de valor. Pero sobre todo dedicarnos a la medicina personalizada de verdad. La realizada por personas con las personas.